Yo ya no salgo de noche.
Han cerrado el bar donde
nos encontrábamos. Sí,
ese donde yo te acechaba
madrugadas completas y tú
ignorabas mi presencia.
Yo ya no salgo de noche
a rellenar copas con
tu nombre, a beber
esa voz tuya que jamás
responde. A repasar
labios perlados de vasos
o sorbos incongruentes
de otras conversaciones o
esos abandonos definitivos
que he fingido en mil
ocasiones.
Yo ya no salgo de noche.
Alguna tarde aguardo
donde el reloj, en esa
farola donde paran las
horas y vienen
retrasos y puntualidades
y citas que nunca me reconocen.
Yo ya no salgo de noche
a amar tu quimera,
y borracho de sueño
pronuncio tu nombre,
pronuncio tu nombre,
pronuncio tu nombre
hasta el reverso del mundo
donde suena
en labios de otro hombre.
2 comentarios:
Qué tristeza infinita saber que ese nombre querido es la música de otra boca, toda ajena y distante.
Me gusta que sigas llenando de versos el blog...y pensar que era yo la que prefería la prosa a casi cualquier poesía...
Pues ya sabes que, parafraseando un título de un gran libro de poemas en castellano, se trata de "La Voz a Ti Debida".
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