De ESTE FILÓN DE DESAMPAROS
PARA ENTRAR ASÍ, SALVAJEMENTE,
Vaya por delante que yo
no soy poeta.
Y sin embargo fui
condenado a la poesía.
¿El cómo…?
Digamos que
a las 8 de una tarde,
(sin anotación en el calendario)
las palabras
del poeta
sonaron suaves
en el rincón más lastimoso
de la sala, justo a mi lado.
Y no las diferencié
de las otras, corrientes,
adecuadas para murmuraciones.
Vaya por delante que yo
no aprecio la poesía.
Sin decirlo, me has preguntado,
poéticamente,
si yo te amo.
Y no puedo responderte que
mi corazón se ha hecho pedazos,
o que mis dedos sólo
padecen
un vocablo obsesionado;
ni que mis ojos,
por la ausencia
de tu sombra,
hace tiempo que cegaron;
o que mis pies han desandado
los rumbos impensables
de muchos deseos impensados.
¡Si yo te amo!
Seguramente, no.
Creo yo que para entrar así,
salvajemente,
en tu pensamiento…
Dime
¿Cuánto durará lo preguntado?
CÉSAR VALLE
8 comentarios:
es bello, muy bello
buena elección
beso*
Gracias, Silvia. Celebro que te guste.
A una pregunta como ésa, de semejante poeta, sólo se le podría contestar: "cuanto dure tu respuesta y aún más".
Un beso
Te atreves a dar tu respuesta como aquella otra sobre el olvido, Graciela?
Para no ser poeta,
tu pregunta ha sido
la mejor poesía.
La que esperé por años,
la que soñé mil noches,
la que recitará ya siempre
mi voz enamorada
Por entrar de este modo
tan salvaje y extraño,
ya ganaste un espacio
en toda antología.
(Siempre recojo el guante, mi poeta querido). Un beso Graciela
Supongo que el deseo es que preguntado sea eterno.¿La poesía alienta ese deseo? Creo que un poquito al menos, sí.
La respuesta más oportuna, Graciela. La que es un halago sin ser un enojo.
Azul, tienes razón. La poesía y el deseo son la materia de un mismo aliento.
Publicar un comentario