domingo, 21 de marzo de 2010

ELLA TE HA ESCLAVIZADO

She look’d at me as she did love,
And made sweet moan.

Su mirada fugaz fue un dulce quejido que me traspasó los huesos. La sostuve el tiempo justo para imprimirla como la marca indeleble que el pasado regalaba a mi futuro. Y vuelvo a sentirla vibrando en mis centros, intensa antes de ser borrada por un pestañeo. Me mira de nuevo y desfallezco en sus brazos que nunca me sostuvieron, me pierdo en la dulzura de sus brazos, en la suavidad de sus dedos, en la lentitud de las caricias que se me negaron.
Su mirada fue una súplica para que le entregara mi deseo. Yo no la conocía de nada. Sabía que no volvería a verla, pero accedí. Y envuelto por completo de perdición, se lo entregué entero. Me lo arrebató con aquel pestañeo.
No he vuelto a verla. Nunca. Pero le arrebaté su mirada. Y yo sólo puedo mirarla aunque me haya esclavizado,

6 comentarios:

Azul dijo...

Ahí, ahí vuelve esa intensidad penetrante como un dardo con la que escribes.
Es lo más chollo de no conocer algo: no hay reglas, no hay defectos...Bueno, sí, sólo los que uno quiera.

Noemí Carro Sánchez dijo...

"Es lo que tú haces, convertir un momento fugaz y aparentemente sin sentido en algo increíble..." ¿Cuánto puedes hablar del instante que dura una mirada?

AVELLANEDA dijo...

Claro, Azul, sólo hay dos límites: los que no existen y los que rompemos, y ambos son idénticos a la hora de volvernos infelices.
Lo siento, Noe, espero que tú me lo digas.

mafalda-boop dijo...

.....Si, su mirada era una súplica para que le entregara su deseo, ella sabía que bastaba una mirada para que él la entendiera. Entre ellos siempre hubo mas miradas que palabras. Volvería a verla y entonces ella apartaría la mirada, ella sabía que él entendería su mirada esquiva, su huida constante,sintiéndose culpable de haberle esclavizado y de necesitar sentir sus caricias tanto como él.

mafalda-boop dijo...

Avellaneda, me vas a dejar escribir todas las noches,,,, un ratito, continuando tus historias?¿ Aunque te las destroce?

Noemí Carro Sánchez dijo...

Tenías razón. Odio que siempre tengas razón. Algún día la tendré yo, y entonces....! Bueno, yo también la tenía. Pero me duró poco.