jueves, 28 de enero de 2010

AMIGO NICOLÁS

Amigo Nicolás:

Hoy que se acaba enero deseo felicitarte este frío.

Mañana se habrá caído esta hoja y

dentro de un mes y pico, esta hora ridícula

que corrige los horarios desajustados de la prosperidad.

Y dentro de tres meses las farmacias notarán las alergias en sus bolsillos.

Y dentro de cinco será verano para los bikinis.

Y para que los pobres se tomen, nos tomemos un respiro

y una urticaria y una salmonela y algún sarpullido.

Y en septiembre habrá otro curso,

tuyo no, por supuesto, ni tampoco mío

para hombres de provecho, de crisis, crédito y montepío.

Y en octubre habrá uvas que nos partirán el lomo,

uvas de crianza y de reserva, malas uvas sin vino.

Y noviembre hará una tregua para visitar

los saludables cementerios. Ver si aún quedan huesas,

agujeros que puedan descarnar nuestros huesos.

Y diciembre, allá al final del calendario

caerá otra vez en invierno. Descenderán monedas,

ascenderán los congelados, por frío,

en un estricto baremo que se ajuste a las expectativas

más optimistas del gobierno.

Y a dos días de que regrese el próximo enero, ya no podré

felicitarte este frío, tan propio, tan nuestro que tenemos.

4 comentarios:

Noemí Carro Sánchez dijo...

Siempre me gustó el invierno; nunca me gustó pasar frío. Qué curiosa reflexión de lo que puede suponer un año..

AVELLANEDA dijo...

y un minuto. Todo el tiempo es un solo segundo.La vida es un giro del aire

Graciela L Arguello dijo...

Te invito a cambiarlo todo: de este lado del planeta, diciembre inaugurará el verano...
Un beso Graciela

AVELLANEDA dijo...

Y por qué no lo haces tu? por qué no lo escribes y lo cambias tú? ya sabes que siempre es un enorme placer leerte.
Abrazos yertos. Avellaneda