viernes, 2 de diciembre de 2011

PLATADILLA

Platadilla linda por tres cuartos del oeste con la bisectriz que baja las friuras de la montaña azul; por el sur, con la vista del montecito que cuida el vertedero; casi limita por el este con las agujas de la catedral rosa, más arriba de la primera carballeda.
Platadilla tiene tres clases de hierbas no comestibles para ninguna especie, una larga murallita de piedras desiguales que a cada rato bajan a buscar las zarzas y un árbol que creció, contra toda probablilidad, en el único sitio que no se le esperaba.
Platadilla no es un praderío, ni un predio, ni una cota, ni un pago. Es el país donde siguen ocurriendo las invasiones agraces de los dientes de leche y de la escarlatina. Es la tierra prometida adonde llegan casi nunca tantos éxitos imprevistos.
Yo soy de allí, estoy allí, habito allí y ya no he vuelto a vigilarla desde las almenas septentrionales. No os espero.

3 comentarios:

Graciela L Arguello dijo...

Siempre es mejor tener una tierra prometida que una promesa enterrada...

AVELLANEDA dijo...

Mi tierra prometida es tu tierra, Maestra. Mi promesa está enterrada en Platadilla.
Gracias por tu fidelidad.

Jesús Trapote dijo...

Según lo describes, es un oasis perdido entre la nada, un rincón donde esconder los llantos y un espacio de idilios insospechados...Ahí,ahí hay que colocar la escultura que te gusta.