jueves, 14 de enero de 2010

DONDE MUERE EL VIENTO I

DONDE MUERE EL VIENTO

Se han necesitado once geosatélites exactamente alineados alrededor del Trópico de Cáncer y un afortunadísimo cálculo –inexpresable aquí, dado el galimatías de grados, minutos, segundos, acimuts y subdecimales que supuso- para lograr dar al fin con el lugar donde muere el viento. Sí, la expresión es exacta: el lugar donde muere el viento. Este viejo deseo de la humanidad, esta búsqueda iniciada por Nonio Effendo, dibujante y cartógrafo en seis expediciones de Marco Polo, fue abandonado en 1763, tras ser condenada esta iniciativa por la Asamblea de Geógrafos de Lassellière, en París, y por el Archivo General de Pruebas Geométricas de Grenoble, un año más tarde. Hasta doce actas se redactan en los seis meses siguientes haciendo pública la denominación de superchería que durante siglos supuso esa búsqueda.

Sólo una persona mantuvo vivo el afán de continuar la investigación histórica. A causa tal vez del temor a enfrentarse a nuevas condenas científicas públicas, de este investigador únicamente conocemos el seudónimo, Moisè Hagdon. Cuyas teorías, fueron expuestas una y otra vez no en artículos especializados sino en relatos literarios de seudociencia. Todo un movimiento oculto, una corriente subterránea que acaba de llegar a feliz término hace veintiséis días, tres horas, cinco minutos (no computables los segundos) con la certificación del Instituto Geodésico Nacional de Islas Tawienn. Aparentemente, se trata de una noticia sin importancia, pero desde que el lugar fue determinado en longitud y latitud en un punto exacto de la superficie marina, a no más de dos millas marinas, un espeso silencio ha cubierto todas las informaciones derivadas de la noticia inicial.

3 comentarios:

Azul dijo...

Ah, pero ¿muere? Yo creí que se mudaba continuamente para dar por saco en invierno y gustito en verano

Graciela L Arguello dijo...

Por favor, si se muere el viento ¿de qué hablaré en mis conferencias? ¡¡¡Ya no me invitarán a pasear por el mundo hablando del loess!!!!
Buahhhhh!!!!

AVELLANEDA dijo...

Ea, ea. Tranquilo todo el mundo.No pasa nada. Se trata de´l primer texto científico (eso me han jurado por Tutatis) y todavía faltan algunas entregas. De todos modos esto se veía venir cuando Torrente Ballester escribió DONDE DA LA VUELTA EL AIRE, que tiene mucho que ver con lo que dice Azul pues aquello ya trataba de Gozos y Sombras