Quién osa ¡vive Dios! decir que yo no viajo. De las provincias del norte la mayor parte recorrí cuando andaba en hazañas y en jueves de jubón y faldas. No había vuelto por allí, esos lares conquistados, esos suelos que eran propios de mi sangre y de mis manos, que mis inútiles reyes negociaron por perdido cuanto habíamos ganado. A decir verdad, todo lo encuentro hoy cambiado, pero propio, eso sí. Que aunque en otra lengua sea, veo que se acuerdan de mí.
3 comentarios:
Y ese país es...porque no me he enterado de nada, estoy un poco bajo en idiomas.
Las Dinamarcas, Azul. Aquella que le enseñé palmo a palmo a Ofelia antes de que me dejara por don Hamlet.
Vuestras hazañas no tienen frontera, amigo... ¡Cuánta humildad al convencer a Guillermín Shakespeare de que no os incluyera en su obra de teatro! Veo que seguís igual de noble que siempre.
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