domingo, 13 de diciembre de 2009

MÁS CONFESIONES

Admirado Arsenio, guía y amigo:

Seré muy directo en esta carta, porque últimamente no he entendido ninguna de las explicaciones que me has dado para llevar a cabo esas lecturas tan peculiares que de bien poco me han servido. Aparte de no haber entendido nada de ese libro de Antígona de Sófocles, no entiendo esta última sugerencia de leer comienzos de libros. De Antígona, me quedo con Ismene que es razonable y buena ciudadana, cosa que antes como ahora no sirve de nada, porque su rey, sus dioses, su hermana y su pueblo la despreciaban por ser respetuosa con las leyes y acatarlas y por pensar de modo prudente. Pero ya ves, Arsenio, en aquel mundo como en éste, al final se admira al que se salta a la torera todo, o sea, que sólo se educa a la gente para el fracaso. Siempre pensé que eso de Un hombre un voto era una declaración descarada de la soberbia del poder, que no nos podían estar diciendo tan abiertamente que sólo somos un voto y que nuestra importancia y nuestro interés son reducidos, muy reducidos y muy ocasionales. Respecto a lo de la lectura de las primeras líneas o páginas me dices que es esencial que el inicio de un libro me atrape, que en un inicio está la constancia de la calidad del libro, que un buen principio es el libro en sí y el resto sólo circunstancias. O sea que los libros son como nosotros, únicamente interesan al principio. Sabes que seguiré tus indicaciones pero cada vez me conviene más que me las expliques mejor, y que yo las pueda entender.

De momento te diré que he reunido los siguientes comienzos:

“Un huracán era una bandada de pájaros muy alta en la noche; una bandada blanca que se acercaba ruidosamente y de improviso era sólo la cresta de una inmensa ola que se abalanzaba sobre el barco.” Es del Último mundo de Ch. Ransmayr.

“El mar, bruñido, parecía ayer un espejo; hoy sigue mostrando la superficie tersa del cristal.” Este es de la Trilogía del vagabundo de K. Hamsun.

Te iré escribiendo más aquí, pero debo decirte que de momento me parece qie el primero trata de un barco que navega por océanos árticos y naufraga y el segundo va de una aventura marina allá por las islas del Pacífico sur. Voy a comprobarlo.

2 comentarios:

Graciela L Arguello dijo...

Me dio frío en la espalda eso de..."O sea que los libros son como nosotros, únicamente interesan al principio"
¿Seremos de verdad tan descartables?
Espero que no sea una verdad absoluta, no me gusta imaginarme como una hoja arrugada en el tacho de basura. Un beso Graciela

AVELLANEDA dijo...

A veces yo si tengo esa sensacion, cuando oigo hablar a los políticos y prohombres del momento. Suerte que luego hay gente como tú y todo vuelve a ser normal.
Saludos con muuuucha nieve.