Hoy, a estas horas, he decidido,
disculpa si otra vez voy directo,
que renuncio a tu olvido,
para mí ya estás muerto.
Se acabó ir día tras día
sujeta a tus cadenas,
se acabó descontar mis alegrías
de tu hipoteca de penas.
Tanto tiempo gasté, tanto,
que no hallo plazas ni bullicio,
donde las risas, sólo llanto,
por mis sendas, tu precipicio.
Por eso, ¡Silencio! Más no te diga.
Te regalo, en cambio, este gesto.
Ya soy en un fui tu última amiga.
Y tú ni serás mi recuerdo molesto.
8 comentarios:
Desde luego este César Valle ha conseguido una admiradora e incluso que me guste la poesía, porque no se puede decir mejor un adiós. Qué claro y !qué duro!... " que renuncio a tu olvido" "y tú ni serás mi recuerdo molesto".
Esto si que sabría yo a quien querria decírselo !!! . A un cabrón al que desprecio y aun sigue siendo un recuerdo molesto, y a un amor al que ni siquera puedo decirle "adiós ", porque realmente nunca ha existido el "hola", salvo en mi imaginación y deseo.
Gracias, me ha encantado.
Un cariño.
"...renuncio a tu olvido, para mí ya estás muerto..."
Si eso no es un adiós, no sé cómo se hará una despedida... y sin embargo...
Un beso. Graciela
Y sin embargo... ¿qué, Graciela?
Un abrazo.
Y sin embargo, muerto y todo, te dedico mis versos...
Con lo difícil que es el pasar de la dependencia, el regodeo de la tristeza y/o la pérdida de tiempo... No tengo hijos, pero puede costar más que parir.Creo que todos hemos deseado (o desearemos) decir algo así una o más veces. Y además a lo elegante, con rima y todo.
¡Olé, César!
Ay, Gamo Azul, dice César que tú sí que sabes, y sientes
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