martes, 23 de junio de 2009

ALMA DE TANGO DE GRACIELA ARGÜELLO I

El reto era escribir sobre el tango y llegarnos a sus figuras de la mano de una bailarina infatigable. Y el reto cruzó el mar y encontró el abrazo malevo de Graciela y danzó pegadito y sensual y en vuelta y vuelta volvió hecho palabras. Disfrútenlo no más que en este bailongo no le falta de nada. Y es Graciela quien escribe.

ALMA DE TANGO.

Es el tango una filigrana de amor en movimiento.

Es seducción, sugestión, sensualidad y conquista.

Durante los dos o tres minutos que dura un tango, se suspende para la pareja que baila, la existencia misma del mundo.

Sólo hay dos, que entretejen una historia aunque no se conozcan, y aunque nunca vuelvan a verse.

Eso es el tango argentino. Así se baila en las milongas de mi país.

No es el tango tan mal representado por las películas yanquis o europeas, donde un hombre y una mujer con los brazos estirados como apuntando a un blanco lejano, se dirigen a hacia él medio de costado, y en marcha forzada casi militar.

Ni es tampoco ese juego de volatineros que lamentablemente se ha puesto de moda para hacerlo más atractivo como show, donde la destreza acrobática le va quitando espacio al juego de seducción y a la intención erótica de los que tan cargado está el verdadero tango argentino.

A veces, raramente, algunos bailarines consiguen incorporar una que otra acrobacia -nunca más de un par-sin que se pierda el erotismo. Esos son verdaderos maestros, pero son los menos.

Por otro lado, si en las pistas atestadas de parejas de los verdaderos salones de tango se bailara con semejantes saltos y revoleos, debería haber una ambulancia permanentemente en la puerta, recogiendo heridos .

Pero eso no es tango. El tango es un juego de dibujos complicados que requieren destreza y agilidad, sí, pero que casi nunca se desprenden del apretado abrazo. Las piernas se entrelazan, las miradas se anudan, las mejillas se rozan, y en el aire, la pasión se respira.

Porque eso es el tango: un alarde de amor que se consuma en la danza

1 comentario:

Graciela L Arguello dijo...

gracias por publicar mis desvaríos, Avellaneda, pero me permito corregirte mi apellido, es Argüello, no Argüelles. Un abrazo tanguero desde el otro lado del mar. graciela