domingo, 24 de mayo de 2009

EL RINCÓN DE TU OLVIDO

Para cuando esté solo reservo

imaginar qué terrible

será todo sin ti.

 

Veré en mis cristales

pasar la vida

y removeré despacio, en mi taza

para envenenarme de melancolía.

Ordenaré a nadie que

afuera los autobuses barran

el crepúsculo.

La ciudad, querida, será una verbena vacía

en manos de la tormenta,

que inflama la noche con filos;

desde la que el recuerdo de tu boca,

como un viento helado,

construye su espejo  entre la lluvia.

Despacio,

con sonidos de pausado desprecio

por el margen del tiempo.

 

Para cuando esté solo pido

un hueco pequeño

en el rincón de tu olvido.

1 comentario:

Graciela L Arguello dijo...

un hueco pequeño en el rincón de tu olvido... Magistral, esas joyas son las que busco siempre en la literatura. Un beso Graciela