viernes, 23 de abril de 2010

A D. Miguel de Cervantes, en este día que dicen

Admirado Miguel de Cerbantes:
Te escribo otro año más en este día que dizen de tu fama, para significarte cuánto echo de menos esa tercera parte de tu Ingenioso, que nunca llegaste a prometer y que yo no me atreví a escribir tampoco. De este mundo sin fama ni fortuna, ni gloria tampoco, no puedo contarte cosa que merezca cuidado. Si acaso, que han vuelto a dar otro premio en tu nombre, los que no lo merecen, a alguien que seguramente lo merece. Los mercedarios se han ido y los moros han vuelto. Las bachilleras pululan en las aulas y los bachilleres lacazanean en los prados (parece ser que a unos y otros la hierba les gusta mucho) y a ambas especies la universidad que, sicut nefasta res abundat, las sigue surtiendo de fiestas, francachelas, borracheras, ínfulas y bobería. A muy buen precio, eso sí. Del ejército, pues me preguntas, te diré que está aquí y acullá, y que va, y que viene, pero no ha vuelto a procurarnos una sola ganancia ni territorio ni efeméride que valga recordar; y a lo que creo ello se debe a que estos más que Tercios, dirías tú que son cuartos. Como sabes, yo ya ando retirado de la corte y sus paseanzas pero por alguna noticia te digo que con todos sus prohombres y promujeres, sus faldumentas, parécemes y ofréceseos, sus culos prietos y sus bocas mofas, más que corte es ya cortea, y aún corteas pues que son tantos los que mandan y maltuercen que me cuesta encontrar a los súbditos puros.
En lo tocante a escribir sólo me queda alabarte que a tiempo dejaras el empeño, que ahora de tu libro y tu sudor sólo sacarías un veinte por ciento, y sobre ese el fisco que tiene boca de fraile y necesidad de obispo te sangrara unos buenos diezmos. Del ochenta restante haclales a impresores, libreros, almaceneros, representantes y demás patulea que se jactan de su impericia en ese patio de Monipodio que empezó siendo casa de edición y ya anda por galaxia guttemberg y puede que llegue a universo mundo de “desahogaos” y gestores. Que tú merced hoy no alcanzaría ni para una feria del libro o un plan de lectura.
Disculpa que no me extienda, pero es día de tu gloria y no quiero colmarlo con afanes del siglo, que de mozas ligeras, querellas de juzgado, amoríos desairados e hijos sin padre supiste tanto como hoy se sabe, pero escribiste menos de lo que hoy se escribe, que servicio de badajo y refajo, de culambres y follonías es la única afición que da largos beneficios en esta tu tierra, más que ya no es tierra para Alonsos, Aldonzas ni Sanchos, sino para que viva y medren Celestinas, Justinas, Maritornes y toda una bandada de pichones cimbéles.
En otra, admirado D. Miguel, seguiré contando de cuantas razones avalan que no volváis, que paz suficiente gozáis en esa tumba que no voy a señalar.
Vuestro, affmo.
Avellaneda

7 comentarios:

Noemí Carro Sánchez dijo...

Cervantes contesta alguna vez? Seguro que más de una vez se hubiera querido levantar...

AVELLANEDA dijo...

Me acaba de mandar un sms. Dize que por aquí no vuelve ni a ganar la salvación. Que está harto de que usen su nombre en vano tanto mangarrián

Graciela L Arguello dijo...

Me dejaste sin palabras, Avellaneda,, ¿por què no intentas el Quijote remixado?
Este post me encantò!!!!

Un beso, Graciela

AVELLANEDA dijo...

Soy Avellaneda, Graciela hermosa, se lo debía. ¿De verdad te dejé sin palabras? Hacía tiempo que una dama no me decía semejante cumplido.
A tus pies.
Avellaneda

mafalda-boop dijo...

Genial!

Azul dijo...

A tu más puro estilo: sin tapujos. ¡Bravo, Avellaneda!

Noemí Carro Sánchez dijo...

Hay que darle vidilla a esto otra vez! Cuanto peor sea la época, más necesidad.