Cuando ya había desistido de este blog porque como tantos experimentos literarios podía convertirse en un obituario más o menos féliz, apareció Graciela Argüello. Y de nuevo me pareció interesante seguir con este blog.
Verás, Graciela, al principio surgió como una idea de lectura conjunta, con un amigo. Después él no le encontraba la chispa adecuada para el proyecto, y a mí me dio pena cerrarlo. Lo dejé que durmmiera un plácido sueño personal del que tú acabas de despertarlo, como en los cuentos, ya sabes. Así que volveré a la faena y espero estar a la altura o a la bajura, según me exija.
Ha sido un placer conocerte, te sigo en tu blog y espero no decepcionar.
5 comentarios:
Avellaneda Gracias, gracias, gracias, me siento un hada madrina. He recibido mi regalo de Pascua con algunas horas de atraso. Gracias por tus palabras. y adelante, es muy importante en esta era cibernética volver a las fuentes. Benito Perez Galdós también me maravilló en su momento, a pesar de su visión triste del amor. Pero me queda una pregunta ¿por qué lo llaman garbancero?
Un abrazo, y seguimos leyéndonos. Ojalá no vuelvas a dejar tu sueño durmiendo Graciela
Hola, Graciela. Lo llamaron garbancero porque decían que sólo escribía para ganarse los garbanzos del sustento. Que no era un verdadero artista, vamos.
Los que se lo llamaron, nunca lo superaron. Ninguno reflejó tan bien como él la piedad hacia los personajes. Y si no, ahí está Misericordia.
Un abrazo
Avellaneda, estoy esperando nuevos posts tuyos, para conocer autores españoles que no conozco todavía, y que sabés recomendar tan bien. Un abrazo. Graciela
Publicar un comentario