martes, 4 de septiembre de 2012

DECIDIDAMENTE

decidídamente, este es el septiembre que se me traspapeló del calendario hace once años. Lo sé, aunque no lo hayan confirmado los noticiarios de las cadenas de televisión, aunque no haya una sola referencia en los periódicos ni en las revistas especializadas. Aunque solo yo me haya dado cuenta. Hace once años me despareció el mes de septiembre del almanaque. Durante la primera semana supuse que había sido solo un sueño. Después me convencí de que mi memoria ya flaqueaba y aquel episodio pertenecía a los del orden que te hacen pensar que tu vida te es usurpada a veces por un vividor ajeno que no te devuelve después ni un recuerdo. Cuando transcurrieron más semanas la sensación del mes perdido se fue diluyendo y sentí el alivio de haberme salvado de una fase de supresión personal- Tampoco es que importara un mes más o menos en una existencia con tanto tiempo desaprovechado. Creo que más o menos antes del año dejé de acordarme por completo.
Encontré la explicación en una relectura casual de la Odisea. A Palinuro también le había ocurrido, justo antes de acometer la travesía de Caribdis y Scilla. Lo relata Homero, pero solo de pasada. Que cómo lo he sabido. Sencillamente porque este de ahora es un mes con luz vieja, repleto de aire rancio y voces que me resultan conocidas pero lejanas. Acabo de ver personas que ya no existen justo al entrar en el portal de esta casa imposible que se desplomó diez años atrás. ¿Dónde está mi septiembre de este año?

5 comentarios:

Graciela L Arguello dijo...

¡Cuántos misterios en este post! ¿Cómo habrá sido aquél septiembre? ¿quién lo habrá usurpado? ¿estará de verdad tan rancio en el retorno? ¿qué pasará esta vez, con ese mes fugitivo y misterioso?

AVELLANEDA dijo...

estoy a punto de saberlo porque me están pasando cosas, casi caducadas pero muy actuales, Maestra.

Noemí Carro Sánchez dijo...

Yo solo sé que cinco septiembres atrás conocí a Avellaneda. Un buen tipo.

Ah, y sueña.

AVELLANEDA dijo...

Siempre será un soñador ese Avellaneda, aunque se le den mejor las pesadillas que los sueños, Noe.

Azul dijo...

Si te dejas llevar por esas voces pasadas acabarás loco, porque irán llegando más. No estoy diciendo que te alejes porque puede que, como la soledad, quieras que se acerquen.
Es curioso que hacer caso a esos fantasmas no sea recomendable pero algo que al final todos hacemos alguna vez. Seguro que es el misterio como bien dices, Graciela.
Como la pérdida de tiempo, uno de los mayores misterios de la humanidad.
Por cierto, he encontrado una cosa navegando por ahí, dicen que puede entrar quien lo desee: http://intimidadante200personas.blogspot.com.es/