lunes, 27 de agosto de 2012

EL ARCANO 21


Puede que sí. Puede que yo sea un ignorante. Puede que yo ignore casi todo sobre la matemática musical y técnica, sí. Y sobre las ciencias naturales, incluidas las biológicas y los ensayos elementales de laboratorio. Puede que yo no sepa casi nada de ortografía y poco, bueno nada, de prosodia. Puede que no tenga experiencia de casi nada, que se deba contar. Puede que sí, que solo sea modelo en ignorancia. Puede. Pero sé que el tarot es mentira. Todo, mentira. Todo. Que las tiradas, las manos, los cortes, las…, las…, como se digan, son mentira. Todo, mentira. Y un engaño. Los arcanos mayores y menores y todo eso. Es mentira porque me gané así la vida un verano, suplantando a mi vecina Ruskaya, la echadora, cuando tuvo que irse a cuidar a su hermana enferma. Sólo es cuestión de labia. De labia y de mentir con las mentiras más grandes y de la forma más increíble. De decir a la gente lo que quiere oír. Veo en estas dos cartas una desgracia terrible e inminente, porque así es como gustan las desgracias. O te acecha un  destino fatal, que siempre sonaba muy bien y encandilaba a las mujeres de cuarenta a cuarenta y tres y a los hombres de diecinueve a veinte. Vaya camelo eso del tarot. Camelo el tarot francés, el tarot amalfitano, el tarot de Corcubión, el tarot flamenco y hasta el tarot turco. Camelo puro. Bueno, una cosa es  cierta, en el tarot Trementino hay un arcano que es completamente cierto. El arcano veintiuno, el que corresponde a los enamoramientos prematuros, es completamente cierto. Ese es completamente cierto porque además son amores sin beneficio. Y lo sé porque cada vez que me salía esa carta, que tenía forma de flecha gris abatida sobre un tobillo, me invadía un amor inútil por la primera mujer que pasaba. Era el amor prematuro. No dolía ni alegraba, únicamente dejaba un sabor de no saber qué, imposible de quitar con besos ni caricias. Era una mierda de amor, claro; pero en él sí que andaba el destino. A ver si no cómo era que aparecía en aquella carta, la única verdaderamente cierta ¿A ver?

3 comentarios:

Graciela L Arguello dijo...

Pero, Avellaneda, , ¿cómo no iba a acertar esa carta, si todos los amores son siempre prematuros?
Un beso

AVELLANEDA dijo...

tú también lo crees, Maestra? entonces es que es verdad y estoy perdido. Yo tenía un para de esperanzas prestadas por la biología, pero ya...

Azul dijo...

Qué bueno. Gracias a ti acabo de darme cuenta de que los amores también pueden resultar terribles (en cuestión de poderosos) e inminentes. ¡Igualito que las desgracias!
Tienes razón. Estamos todos perdidos.