jueves, 1 de julio de 2010

CANTO AGRÍCOLA

Ya no me cabe duda. Si algo merece un canto, una loa, una oda, es la agricultura. La agricultura con sus múltiples aplicaciones inmateriales. La agricultura de desdicha, tan preciada para los que se labran su propia desgracia; la agricultura del devenir, para los que se labran un futuro; la agronomía pura para los que en lugar de granjear tiernos corderos, granjean enemigos, enemistades duraderas y desconfianzas múltiples, frutos todos de esencias superiores.
Y como la duda no me cabe y debo expulsarla de mí, me retiro a loar, odar y cantar a la agricultura que honra a Moneta (¡Qué curioso!).

2 comentarios:

Graciela L Arguello dijo...

¿Qué habrá estado cultivando este agricultor que anduvo perdido tanto tiempo? ¡qué bueno que estés de regreso! Un beso Graciela

AVELLANEDA dijo...

Sabes, Graciela, lo mejor de mis escritos son tus comentarios o tu presencia en ellos, como prefieras.
Gracias de nuevo por el saludo. (Sólo por eso, merece la pena dejar esto en barbecho un tiempo).
Un abrazo.
Avellaneda